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La abuela


Los abogados jamás deberían hacerle una pregunta a una abuela si no se encuentran preparados para la respuesta.
Durante un juicio, en un pequeño pueblo de Arequipa, el abogado acusador llamó al estrado a su primer testigo, una mujer de avanzada edad.
El Abogado se acercó y le preguntó,
-"Sra. Sánchez, ¿sabe quién soy?"
Ella respondió:
- 'Sí, lo conozco, Dr. Garza. Lo conozco desde que era un niño y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos cuando en realidad no es usted nadie. Claro está que sé quién es Ud.

El Abogado estaba perplejo sin saber exactamente qué hacer. Apuntando hacia el fondo de la sala le pregunta a la Sra. Sánchez :
- '¿Conoce al abogado de la defensa?'
Nuevamente ella respondió,
- 'Por supuesto. También conozco al Dr. Sanchez desde que era un niño. Es flojo, medio marica, y tiene un problema con la bebida. No puede tener una relación normal con nadie y es el peor Procurador del Estado. Sin mencionar que engañó a su esposa con tres mujerzuelas diferentes. Una de ellas era la esposa suya. ¿Recuerda? Claro que lo conozco. Su mamá tampoco está orgullosa de él'.

El abogado de la defensa casi cae muerto.
Entonces el Juez llama a los dos abogados para que se acerquen al estrado y les dice:
-'Si uno de ustedes, par de pelotudos imbéciles, le pregunta a esta vieja de mierda si me conoce a mí, lo mando a la silla eléctrica.'

Colabora Corina Rolón

Poema al Padre


El Padre,poema de Hector Gagliardi, por las calles del recuerdo...

Oye negra, ¿te puedo hablar?
ya los chicos se han dormido
asi que, asi que deja el tejido,
que después te equivocas.

Hoy te quiero preguntar,
por que motivo las madres amenazan a sus hijos
con ese estribillo fijo de “¡ah cuando venga tu padre!”
y con tu padre de aqui, y con tu padre de allá,
resulta de que al final, al verme llegar a mi,
lo ven entrar a Caín y escapan por todos lados.

Y yo que vengo cansado de trabajar todo el día,
recibo de bienvenida una lista de acusados,
tú empiezas con tus quejas y yo tengo que enojarme,
igual que hacía mi padre al escuchar a mi vieja

Entraba a fruncir la ceja apoyando a ese fiscal
que en medio del temporal se erigía en defensora,
lo mismo que tú ahora que siempre me dejas mal,
si los perdono, “que ejemplo ¿es así como los educas?”
si los castigo “eres bruto, no tienes sentimientos”

A mi, a mi que llegué contento y no tuve más remedio
que poner cara de serio y escuchar tu letanía,
a mi, a mi que me paso el día pensando en jugar con ellos
yo sueño en llegar a casa y olvidarme felizmente del trabajo,
de la gente y de todo lo que pasa.

Los hijos son la esperanza y el por que de nuestras vidas,
por eso nunca les digas “¡ah! cuando venga tu padre”,
no quiero encontrar culpables, quiero encontrar alegría,
que no me pongas de escudo como lo hacía mi madre,
que consiguió que a mi padre lo imaginara un verdugo,
el llegaba y te aseguro que se acababan las risas.

Y en lugar de una caricia o hablarle como a un amigo,
lo miraba compungido, presintiendo una paliza,
y el pobre, que me entendía, sacudiendo la cabeza
escuchaba con tristeza lo que mi madre decía.

Y que él, y que él de sobra sabía “¡que con este no se puede,
que me pinta las paredes, que trajo las suelas rotas,
que la calle, la pelota, que me saca canas verdes!”

A la cama sin cenar, aburrido me ordenaba,
mi madre me consolaba y yo, y yo lo culpaba a él,
a él que había llegado recién de trabajar cansado
y ya lo había yo amargado con todas mis travesuras.

Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre,
porque el brillo de la madre es tan fuerte, que lo eclipsa
solo le hacemos justicia cuando nos toca vivir a nosotros su problema,
¡ ay.. si mi padre viviera ! que recién lo comprendí
y por que núnca me dijo lo mucho que me quería,

Si hoy yo se cuanto sufría al ver enfermo a su hijo
porque me miraba fijo el primer pantalón largo
y se, y se que hasta me habrá besado cuando yo estaba dormido
hoy que todo lo comprendo, ¿por qué no estás a mi lado?
¿por qué no estás ahora para besarte bien fuerte viejo lindo?
y ofrecerte mi cariño a todas horas.

Ves a tu hijo que llora, pero llora con razón,
porque te pide perdón pensando en quellos días
en que ciego no veía que eras puro corazón,
dejame negra que llore, es tan lindo desahogarse.

En fin, veamos que hacen nuestros futuros señores
mira esos pantalones, tápale un poco a la nena
si, si, ya sé, no me lo digas, hoy se fue a la calle sola
acuéstate rezongona, mañana, mañana será otro día.

&

La FIFA desnuda

Con el asunto de la FIFA se reunieron los representantes de todos los países que la integran para "sanearla"  Los presentes en la reunión fueron por:


ALEMANIA - OTTO VON FRAUDEN
ANDORRA - MILKA GADAS
ARABIA SAUDITA - ELIM POSTOR
BOLIVIA - AQUILES BENGOA FANAR
BRASIL - ENRIQUE CIDO DE COIMA
CANADÁ - ROB ARNOS
CHINA - CHAN CHU YO
COREA DEL SUR - KUAN DO NO
CUBA - SILVO PANADA
ECUADOR - ARMANDO ROSCAS
ESPAÑA - PACO GERLOS
FRANCIA - PIERR D'ELVOTO
GRECIA - HURTOS SINESCRUPULOS
HOLANDA - LOOS VAN AESTAFAR
INDIA - GHANDI SIMA KUR RADA
ISRAEL - ABI HAN URNAS
ITALIA - MASSIMO ATRACCO
JAPON - YAMIBOTO NOTAMAS
LIBANO - MESTAFA AL-BOTAR
MEXICO - DIADEMA NEJOS
NIGERIA - KEDE LYRIO
PANAMA - MANY PULEO
PORTUGAL - FLOR DE TRAMPINHA
REPUBLICA CHECA - VANA K GARNOS
RUMANIA - ROBELE SINOLOPESCU
UGANDA - AMI MEWELE ATUFO
USA - JOHNNY MIRO
VENEZUELA - T.K. GAMOS
VIETNAM - JO DAN SE

Forra del orto

 
"Forra del orto" pensé cuando la piba que iba de pie frente a mi en el subte se corrió de lugar al notar que me había parado atrás de ella. "Forra del orto" pensé cuando la mina cruzó la calle al verme venir en la oscuridad, la otra noche. "Forra del orto" murmuré entre dientes cuando la flaca se negó de mala manera a que la ayudara a bajar del bondi lleno, aún cuando yo se lo había ofrecido con toda la amabilidad del mundo.

Forras del orto, perdónenme. Yo no quise ser hombre, salí así. Forras del orto, perdónennos a todos. Perdónennos por ese miedo que les aparece cada vez que salen a la calle y se cruzan con un hombre, como yo, que las apoya en el subte, o que las agrede verbalmente en una cortada vacía, o que les toca el culo en el bondi.

Por favor, no me tengan miedo. Yo no les quiero tocar el culo ni decirles guarangadas.

Pero cómo podrían confiar en un extraño, claro, si todos los días las manosean sus tíos y las violan sus padrastros. ¿Cómo no tenerle miedo a un extraño si todos los días las matan sus novios? ¿Cómo no mandar a la puta a un desconocido que se para a sus espaldas si todos los días sus maridos las cagan a piñas de frente? ¿Cómo no tenerle miedo a un extraño que las ayuda a bajar del bondi si todos los días las chorean y de paso les tocan las tetas?

A mí no me van a matar por contestarle mal a mi marido, ni me van a tocar el culo cuando baje del bondi lleno, ni me van a pedir que muestre la tanguita cuando camine por una calle oscura. Yo no sé qué significa vivir con eso. Yo soy hombre, uno de esos que se crió en los noventa, mirando por la tele cómo Olmedo manoseaba adolescentes, cómo Francella quería cogerse a una colegiala pero le daba culpa porque era menor de edad y eso nos hacía reír a todos, y lo festejábamos. Yo me crié con un Sofovich que trataba de pelotudas a las secretarias y con un Rial que le decía a Beatriz Salomón que el problema no era la infidelidad, sino que el marido la haya cagado con un travesti. Porque eso es de puto. El macho bien macho te caga con otra mina, por supuesto.

A mí me hicieron creer que mi mamá iba a ser mucho más feliz si le compraba una multiprocesadora Ultracomb modernísima y que mi hermana tenía que hacer una fiesta de quince con un vestido enorme, porque eso hacen las mujeres. Por suerte nada de eso funcionó. A mí vieja no le gustan los electrodomésticos, le gustan los libros. A mi hermana no le gustan los vestidos, le gustan las camisas. Y a mí no me gusta que me tengan miedo por ser varón. Ni en el subte, ni en una calle oscura, ni en un bondi lleno. No lo voy a tolerar.

A lo mejor te parezca que todo este asunto feminista que te tiene las bolas llenas no tiene nada que ver con vos. Porque viste cómo son las minas, campeón, son todas unas histéricas de mierda, incapaces de quedarse en casa, como corresponde, a maquillarse los ojos morados. Porque algo habrán hecho para que les peguemos. Hay que ver qué tan larga era la pollera de la putita que violaron la otra siesta y cuántas noches a la semana salía a bailar la zorrita esa que el novio cagó a trompadas. Siento contradecirte, amigo, pero esto también tiene que ver con vos.

Salí a marchar, si sos macho. Por tu vieja, por tu hermana, por tu hija. Salí a marchar, si sos macho, para que las pibas no te tengan más miedo si las cruzás a la noche en una calle vacía. Salí a pelear si sos macho. Ayudá a cambiar la historia si sos macho. Sé un San Martín moderno si sos macho, que si la libertad no es para todos, entonces no alcanza. Que si la libertad no es para todos, no es libertad, es márketing."
 

Las casitas del jardinero


Ya es tarde para verlas, incluso en su lenta agonía que las llevó de la mano hasta convertirlas en esqueletos abandonados que nadie sabía justificar. No eran ni cómodas ni lujosas, apenas contaban con lo mínimo necesario en esos dos ambientes pelados que las componían. Una endeble puerta de celosía hacía las veces de portón principal, pero igual nos gustaban. Eran casas de muñecas con gente adentro.
Cuando era pibe recuerdo haberle preguntado una sola vez a mi viejo que qué cuernos eran, y él  como siempre, me dio la respuesta justa y necesaria. Pero como todo pibe que se precie de tener un poco de imaginación y tiempo libre,  la ubiqué en el cajón de los conocimientos relegados para cuando fuera más grande y preferí fantasear con leñadores y enanos, gnomos y princesas, dragones y caballeros, pues a falta de una saga de Tolkien por entonces estaba mi imaginación jugando con La espada en la piedra en dibujos animados.
Las casitas estilo alpino, donde vivían el jardinero y su familia, empleado que dependía de la Dirección de Parques y Paseos de la municipalidad de Buenos Aires, estaban edificadas a la vera de la avenida General Paz. Todo el mundo las veía, sobre todo porque las rodeaban jardines preciosos.


Las casitas se encontraban a lo largo de la ecológica avenida construída cuando la ecología no era moda y se tenía en cuenta que la calidad de vida tenía que ver con el contacto con lo natural.
La llamaron "La avenida parque" y era un proyecto del Ing. Pascual Palazzo que se llevó adelante con  dirección de la obra  a cargo de José María Zaballa Carbó y creo que salió algo así como 15 millones de pesos en su estado inicial. Como en muchas obras que implican un gran recorrido y se quieren inaugurar con premura, se adjudicaron las obras a dos empresas contratistas , una la Empresa Argentina de Cemento Armado (EACA) al sur de la Avenida Rivadavia y la otra la Compañía de Construcciones Civiles al norte. La obra arrancó el 8 de junio de 1937 y se inauguró el 5 de julio de 1941 con casitas y todo. Para que usted se ubique, por un lado estaba El Puente de la Noria que hasta el día de hoy cruza el Riachuelo pero que fue abierto a la circulación vehicular tres años después porque se estaba realizando la obra de rectificación del curso de agua (si, el Riachuelo fluía diferente a cómo lo hace hoy), y por el otro lado terminaba en la rotonda con la Avenida Blandengues ( posteriormente bautizada Avenida del Libertador General José de San Martín desde 1950).

En el largo recorrido estaban estas casitas construidas de material, o sea ladrillos, con techos de tejas de madera embreada y que contaban con tan sólo dos ambientes.
 

Por razones de mantenimiento y paisajismo colocaron una cada kilómetro y medio, y estaban tan bien construídas que siguieron en pie durante más de 40 años. Fueron habitadas por primera vez allá por los 50 y se demolieron en los 90 cuando se empezó a ampliar la General Paz. Por entonces sus ruinas ya casi eran irrecuperables y en ellas ya no vivían los jardineros como antes, sólo eran depósitos de herramientasy cosas viejas.

Sumaron un total de dieciseis, diferenciadas en pequeños detalles y formas que ayudaron a embellecer el paisaje que grandes y chicos como yo apreciaba cuando transitaba por la General Paz en épocas en que casi siempre se encontraba semivacía. La idea siempre fue que fuera una avenida parque, un pulmón verde para la ciudad de Buenos Aires y eso requería del mantenimiento del paisaje.
 

Por eso, como ya dije, en cada una de esas casitas vivía un jardinero con toda su familia. Era el que se encargaba del mantenimiento del parque que rodeaba la vivienda y de más de un kilómetro y medio de avenida, casi hasta donde comenzaba el feudo del próximo jardinero. Sus deberes eran más que necesarios, durante los dias de semana cortaban el césped con una guadaña, los fines de semana se encargaban de arreglar los jardines alrededor de su casita, donde siempre predominaban las rosas y los pensamientos.

En la época de mayor esplendor y para hacer las cosas más entretenidas, todos los años se hacía un concurso para premiar a la casita mejor conservada, y los resultados se publicaban en los diarios.

Como hoy es de uso en los bosques de Palermo o en Parque Saavedra, era muy común ver a parejas de novios sacándose una foto frente a una de las pequeñas réplicas alpinas. También las familias que recorrían la General Paz en automóviles se detenían para deleitar la curiosidad de los más pequeños como yo.
 

La primera de las casitas estaba ubicada lindante con la Avenida del Libertador y la última casi sobre el Puente de la Noria. Había una cercana a la Avenida de los Constituyentes, otra a la altura de Liniers, y así sucesivamente en los principales cruces de la General Paz.

Una pena que no haya quedado ninguna. Fueron sin dudas una de las marcas distintivas de una época donde el progreso iba de la mano con lo estético.

Pero no fueron el capricho de nadie, antes de encarar la obra se prestó especial atención en la forestación de la avenida, para lo cual fue consultada la Dirección de Parques y Paseos de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Se dio preferencia a las especies nativas, si bien muchas de estas eran difíciles de conseguir en los comercios y viveros oficiales. Incluso en la faja central de separación de calzadas se plantaron arbustos de una cierta altura con el objetivo de tapar las luces de los faros de los vehículos que circulaban en sentido contrario. En la zona correspondiente a la antigua estancia Saavedra-Zelaya se dejaron los ejemplares arbóreos que ya estaban plantados. y en medio de la traza se instaló un sendero para andar a caballo.


Ya no queda casi nada de la antigua Avenida Parque y aunque en las últimas ampliaciones se intentó transplantar los árboles más frondosos, la idea de conjunto pasó de ser un pulmón para la ciudad y un parque para la recreación del paseante, a una mórbida cinta de cemento donde miles de automóviles generan tanta contaminación, detenidos a la espera de poder avanzar, que ya nadie podrá respirar nunca más en una ciudad que no sólo ha perdido la poesía de las casitas, sino que ha perdido el corazón que las necesitaba.

Taluego.

Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar , Wikipedia

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